El Ayuntamiento de Sevilla; el Tribunal Supremo; ConCarrilBici…
Este artículo llega con muchísimo (como un año, o más) retraso, y casi sólo en una especie de esfuerzo por ajustar las cuentas con la sarta de jilipolleces políticas que ha caracterizado la última legislatura, y poner las cosas en su sitio antes de que empiece la siguiente.
La noticia es sabida, y se propagó hace (¡ya!) más de un año como un incendio por todo el carrilbicismo nacional: «¡El Tribunal Supremo ha avalado la ordenanza de circulación de bicicletas de Sevilla! ¡El Tribunal Supremo ha avalado la ordenanza de circulación de bicicletas de Sevilla!«
Bueno, vale, pues si.
Como no podia ser menos, la historia rebotó de acá para allá en plan sensacionalista en periódicos y carril-grupos por doquier; se hicieron encuestas que, a pesar de su espantosa confusión conceptual que muestran entre aceras y zonas peatonales (confusión que a los carrilbicistas les encanta) dejaban unos resultados clarísimos sobre la opinión de los no-ciclistas, a pesar de lo cual el atropello fue celebrado por grupos políticos y carril-politiquillos sevillanos. En todo este proceso de contaminación, la idea de que el TS había aprobado algo que nadie sabía concretamente que era (la Ordenanza de Sevilla) se convirtió en un eslogan mucho más general y más satisfactorio para la carril-troupe:
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El daño ya estaba hecho: la locura entre los carril-orcos se desató inmediatamente, y todos los gilipollas que iban por ahí circulando por las aceras con sus bicis se sintieron de pronto envalentonados. Para los peatones se hizo todavía mucho más dificil resistir el abuso, porque ahora los bici-cretinos cultivados como champiñones en las cuevas de ConCarrilBici se sentían fuertes para plantar cara cuando un peatón les reciminaba un atropello: «Yo no voy en bici por la acera porque yo sea un imbécil, oiga usté. Yo voy en bici por la acera porque el Tribunal Supremo, nada menos, ha dicho que puedo hacerlo. Jódase, peatón de mierda. En vez de quejarse, lo que tiene que hacer usted es coger su bici, y así podrá ir también tranquilo por la acera.»
¿Exagero? No hay mas que echar un vistazo a los comentarios cuando la noticia llegó a Menéame para comprobar con unas cuantas perlas cual es el estado de ánimo que se produjo entre la carril-chusma:
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Por supuesto: se queda con «los primeros» porque el que se rompe los huesos no es él, sino el peatón que ha atropellado… pero dejemos esos pequeños detalles.
Como decía, el daño ya estaba hecho, y siguió: a la peculiar interpretación de la sentencia del TS siguió un borrador de ordenanza de la DGT, que en su momento califiqué sin ninguna ambiguedad como pura jilipollez, y que sin duda ha contribuido al clima desastroso que se ha estado desarrollando durante el último año para los peatones.
Desde luego, el público en general o la peña de Menéame en particular puede pensar cualquier cosa sobre el tema, porque al fin y al caboa ni tienen la más mínima idea ni el más mínimo interés en tenerla. Pero la interpretación que hizo expresamente ConCarriBici de que «El Tribunal Supremo ha legalizado la circulación en bicicleta por las aceras» no es en absoluto ni casual ni inocente, y se ajusta por completo a la estrategia que esos retrasados mentales han estado siguiendo durante veinte años.
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Esas tenemos: esos imbéciles se la cogen con papel de fumar diciendo con el rollito de «bajo determinados supuestos», toma ya, mientras entretanto, por pueblos y ciudades, de pronto los ciclomongolos pasaban a «tener razón».
Una cosa que tienen las gilipolleces (y también las jilipolleces) es que se reproducen como ratas en celo continuo, y resulta muy dificil exterminarlas. Así, la jilipollez de que el Tribunal Supremo había legalizado la circulación en bici por las aceras pasó de la prensa a los carril-blogs de siempre, y de ahí pasa a contaminar otros Ayuntamientos, justificar auténticos delirios, y salta el charco para contaminar a los mexicanos y a cualquiera que sepa leer esa mierda. Y cuando alguien va e intenta poner un poco de racionalidad en el tema, pues entonces Marqués, el Sumo Carril-Pontífice de la Archidiócesis Sevillana, siguiendo su ya establecida costumbre de hacer que sus monaguillos le publiquen sus carril-encíclicas (porque él es demasiado excelso para dirigirse directamente a la plebe), pues va y contesta sus habituales estúpidas músicas celestiales:
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La verdad es que resulta fácil encabronarse con tanta carril-sandez repetida por la progresía de pacotilla por un lado y por otro y por otro y por otro.
En fin, no estoy para enrollarme más, así que me voy a limitar a constatar aquí lo mismo que comenté hace unos dias en CiudadCiclista, para que quede constancia de qué es lo que realmente dijo el TS y que ha quedado casi oculto debajo de la carril-propaganda de los cretinos de siempre:
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¿Está claro? Aunque el que mejor lo dijo fué un tuitero que supo mostrar claridad de ideas incluso en la falta de información dominante y en la inmeditatez del momento:
http://twitter.com/#!/porras/status/6994110317600768
Pues eso.
Txarli
CiudadCiclista | Lista de correo | Wiki CC
En serio: lo de Sevilla es una demostración de que los carriles-bici agilipollan a la peña. |
Y digo yo… ¿nadie tiene una copia de la tan referida sentencia?
Supongo que leyéndola directamente nos ahorramos tener que leer las interpretaciones de los demás.
montonm
12 marzo 2012
Me respondo a mi mismo… la sentencia está escondida debajo de «pues si», y no deja lugar a dudas ( en el Fundamento de derecho QUINTO):
El Ayuntamiento tiene la potestad de decidir que calle o que parte de la calle es peatonal, rodada, o carrilbici y cualquiera de sus híbridos, lo que evidentemente no significa que todas las zonas peatonales o las aceras sean carrilbici o bici-compatibles. Justo significa lo contrario.
montonm
12 marzo 2012
[…] por por referirse a la famosa polémica del Tribunal Supremo vs. Ordenanza de Sevilla, que tan tergiversada ha sido por toda la banda carrilbicista. En resumen, estos chicos quieren poner bicis en la calzada, cómo no, a base de permitir y […]
El Colectivo Pedalea se autorretrata de nuevo como parte de la carril-caverna más casposa. « El carril-bici es el opio del pueblo ciclista
12 abril 2012