Mujer atropellada por bici en acera. Niña atropellada por bici en parque.
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Un panoli de 33 años en bici por la acera, atropellando señoras. Un imbécil de 22 años atropellando niñas de 2 en los parques: Vitoria, ciudad pionera del carrilbicismo celtibérico. Bien.
Txarli
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Joder es que miro el historial de Vitoria y TODO lo que tengo son «accidentes»… |
¡Ciclista atropellado! ¡El original!
La serie sobre «accidentes carrilbicistas«, que ahora se acerca rauda a los 150 casos catalogados, la comencé por puro hastío cuando unos idiotas me calificaron de «buitre repugnante y carroñero» en la lista de CiudadCiclista porque tuve el atrevimiento de sacar a colación un accidente (creo recordar que de una niña) completamente evitable y ocurrido en un carril-bici. Yo llevaba ya algún tiempo prestando cierta atención al tema de los accidentes en carril-bici (porque, una vez establecido fuera de duda que las vias segregadas aumentan el riesgo, la conclusión inevitable era que se tenía que estar produciendo una tipología entera, que aparentemente estaba pasando desapercibida, de accidentes específicos de los carriles-bici), pero si algo quedó claro en el episodio del «repugnante buitre carroñero» (un servidor) es que nos encontramos no sólo ante un esfuerzo colectivo por ignorar ese tipo de accidentes, sino directamente ante una estrategia colectiva dirigida activamente a ocultar o difuminar los accidentes que se están produciendo.
Sí, lo he dicho bien: la tribu carrilbicista está haciendo esfuerzos activos por ocultar el aumento del peligro en los carriles-bici y, específicamente, por ocultar o hacer luz de gas sobre los accidentes concretos que están ocurriendo (excepto, claro, que puedan utilizarlos para pedir más carriles-bici, que desde luego lo han intentado).
Así que la conclusión inmediata es que se hacía urgente poner luz y taquígrafos sobre la situación de seguridad, y documentar y seguir en lo posible cada accidente concreto: en eso y nada más consiste la serie «accidentes carrilbicistas»; y lo que hemos descubierto desde que empezó es mucho más espantoso que las peores expectativas que yo tenía cuando empecé: lo que hemos descubierto es que, a pesar de que los carriles-bici son una parte ínfima de la red de calles, se está produciendo un auténtico festival de oxtiones con heridos de diversa consideración (e incluso, sí, con resultado de muertes), de accidentes, de incidentes, de «casi»-accidentes, de sustos, de conflictos y de encabronamientos en los carriles-bici, de los cuales sólo una pequeña parte, la punta del carril-iceberg, conseguimos detectar, y una parte mucho menor queda reflejada adecuadamente en prensa, y que queda en su totalidad oculta en las trucadas estadísticas de la accidentalidad ciclista.
Como decía, antes de empezar a ocuparme de modo sistemático de la lenta carril-masacre que está ocurriendo delante de nuestras narices, ya hubo algunos casos que llamaron mi atención. Sobre uno de ellos (el famoso «ciclista atropellado«) empecé a escribir un artículo en mi antiguo blog que nunca llegue a completar porque, claro, no le estaba prestando la atención debida: en aquellos tiempos ingenuos yo creía que los carrilbicistas eran gente razonable (ja ja ja ja) y que el tema se podía discutir sin sacar a relucir los aspectos gore que tiene.
Hace poco encontré el artículo incompleto, que reproduzco aquí tal como lo dejé, a medio formatear y todo:
*** CICLISTA ATROPELLADO (Versión de 2007) ************************
Un chaval en Madrid ha tenido recientemente sus quince minutos de fama (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15) al crear un blog en el que denuncia cómo un automóvil se lo llevó por delante mientras circulaba tranquilamente con su bicicleta. La cabecera del blog no es que comience precisamente con buen pie, calificando, así por las buenas, a los automovilistas de Madrid como «energúmenos»:
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Pero en fin, no nos despistemos con minucias, porque estábamos hablando de que había tenido un accidente… Él lo describe así:
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Aunque él lo titula «RESUMEN», en realidad, esa es toda la descripción que hace del accidente. A partir de ahí se embarca en la búsqueda de testigos del accidente para apoyar la denuncia a la conductora del automóvil. Bueno, sí, también aporta un mapa, para que quede claro donde fue:
Así que esta es toda la información de que disponemos, y es una pena, porque la descripción que hace puede corresponder a dos accidentes completamente distintos. En los mapas siguientes, la línea verde ecológico representa la trayectoria de nuestro ciclista, y la línea roja peligro representa la posible trayectoria del coche malechor.
Hipótesis 1: Tanto el ciclista como el automovilista circulan por la gran vía. El automovilista le cierra el paso al ciclista.
Hipótesis 2: El automovilista llega por C/ Caballero de Gracia y colisiona con el ciclista.
Se imponía averiguar un poco más, así que le pedí que lo aclarase con un comentario en su blog, al que él contestó muy amablemente:
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Bueno, podría pedirle más aclaraciones (le mandaré una nota para que lea este artículo, por si quiere hacerlas aquí), pero la primera impresión es que nuestro ciclista estaba en el ángulo ciego del automovilista,
*** FIN (Versión de 2007) ****************************************
Hasta aquí, con una frase a medias, llega el borrador de artículo que dejé sin terminar hace nada menos que cuatro años. Si la amable lectora estaba ya interesada en el tema bicis en aquella época recordará sin duda que hubo bastante rasgarse de vestiduras en torno al episodio, y que la tradicional versión victimista-tribal que tanto gusta corear a la carril-pandilla de «pobrecito ciclista está a punto de ser asesinado por malvado automovilista» estuvo campando a sus anchas por todos lados. Lo que no hubo, de ningún modo, es ningún intento serio de analizar el accidente con una mínima racionalidad, para intentar entender, de verdad, honestamente, lo que había sucedido. ¿Para qué? La culpa, ya lo sabemos, es siempre del automovilista.
Ahora podemos completar mejor el análisis. En aquel momento (los más jóvenes van a flipar con esto) no había Street View en Madrid (os lo juro, chicos: hubo una época en la que no había Street View. No es que fuese en blanco y negro, o ni siquiera en daguerrotipo: es que no existía), pero ahora podemos mostrar algo interesante respecto al lugar del accidente:
Ese es el lugar del accidente. Puede verse con claridad el carril-bus por el que bajaba embalado y despreocupado nuestro ciclista-a-punto-de-ser-atropellado. Pero si la amable lectora avanza un poquito en la imagen, puede comprobar algo interesante: lo mismo que puede verse visitando el lugar personalmente:
El carril-bus desaparece.
De modo que lo que ocurrió fue, en resumen, que la conductora, circulando correctamente por el carril derecho a la izquierda del carril-bus, cuando éste se acabó, se desvió a la derecha para continuar ocupando el carril legal más a la dercha. Y en ese momento, un panoli feliz que estaba rodando cuesta abajo, probablemente más deprisa que ella y en su ángulo muerto, se pegó un oxtión contra ella.
De hecho, en el Street View puede verse con toda claridad a un automóvil haciendo exactamente la misma maniobra que dio lugar al accidente.
¿Hizo la automovilista una maniobra ilegal en algún momento? Mi opinión es que no. ¿Tuvo la culpa del accidente? Dado que el ciclista no tenía derecho a estar donde estaba, y dado que es una actuación reconocidamente idiota y suicida el adelantar por la derecha a otros vehículos, yo diría que tampoco. Probablemente la conductora podría haber demandado al ciclista por cualquier daño que su coche hubiese sufrido, y se habría llevado la razón.
Y aún así la buena señora (perdón: la malvada «enlatada») achantó y pagó los daños producidos a la bici al ciclista-que-no-tenda-derecho-a-estar-en-el-sitio-donde-provocó-un-accidente.
En fin, no me voy a entretener más. Acabo mencionando un detalle que se percibe en el texto, y que no habrá escapado a la amable y perspicaz lectora, y es que en aquella época yo estaba mucho menos cabreado que ahora con los carril-gilipollas de Madrid (y de la Celtiberia en general). De hecho, ni siquiera creía que fuesen gilipollas, ni siquiera jilipollas, ni que fueran una masa de inocentes e incautos mantenida en la ignorancia y en una superstición suicida por una tribu endogámica de tintes mafioso-sectarios dirigida por una pandilla de listillos sin vergüenza: creía simplemente que estaban equivocados y que una discusión racional del tema podría las cosas en su sitio en un pispás.
Ya digo: yo era un auténtico ingenuo.
Txarli
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Una conmovedora muestra de lo ingenuo que era, y de que esperaba resolver el tema en una semanas es el primer artículo que escribí en mi blog. |
El «carril-bici de la muerte»… un carril-bici cualquiera, vaya.
Nos lo cuentan emotivamente estos compungidos carrilbicistas de Niuyó: dos muertos en un carril-bici en una semana.
Y ahí están ellos: haciéndose los muertos, y pidiendo más de la mierda que les está matando. Eso sí: la quieren más separada, más coloreada, con más barreras, más blindada. Sólo les falta pedir la mierda en un universo paralelo, donde los coches no puedan llegar.
Quieren un universo lleno de carril-mierda.
¡mááásss…! ¡mááásss…! ¡mááásss…! ¡Queremos mááásss carríííles-bíííciii…! |
Uno no sabe si eso de «hacerse los muertos» es un ensayo para irse acostumbrando a cuando el accidente les pase de verdad, o es que disfrutan ese tipo de estupideces necrófilas, o simplemente es que esos cretinos creen que la vida es un simulacro de algo, como los carriles-bici son un simulacro de la calle.
En fin, ya sabeis que un imbécil es alguien que cree que puede conseguir resultados distintos repitiendo lo mismo que ha venido haciendo hasta ahora.
Txarli
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Un ciclista bien protegido es éste, sí señor. |
Señores Carnicero y Román: por favor, encuentren ustedes las siete diferencias.
No puedo estar todo el dia hablando de accidentes en carriles-bici, porque convertiría este blog en una sucesión continua de esquelas: lo importante, de hecho, sería evitarlos… y para eso habría que eliminar de manera generalizada la mierda etiquetada como «carriles-bici» que plaga la celtiberia por la ignorancia y el empecinamiento de políticos y activistas.
En fin: voy a permitirme, con cierto retraso, volver a mencionar (porque ya lo hice brevemente aquí) la triste historia de la muchacha que se mató circulando en bici por el carril-bici de Valencia. Algunas noticias que tenía archivadas sobre esta muerte (1, 2), que señalaban el lugar exacto (un carril-bici) donde se había matado la muchacha han desaparecido, y el esquema se repite: el accidente pasa a las estadísticas como parte de la supuesta peligrosidad de la bicicleta, pero el pequeño detalle de que lo realmente peligroso es el carril-bici queda sepultado de nuevo en la pertinaz amnesia colectiva que los ciclistas hemos decidido dedicar al tema.
Como ya sabemos y había mencionado, pocos meses antes de la muerte de la muchacha, un chaval francés murió en una rotonda de Valencia:
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… más en concreto, oh sorpresa, el accidente había ocurrido en una acera-bici:
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Si saco estos lúgubres hechos a colación, es porque Guadalajara disfruta desde hace poco más de un año de un magnífico «Anillo Ciclista (¡aleluya!)» creado no por petición popular ni reclamaciones de los usuarios, sino por el visionario empecinamiento político del Alcalde, Antonio Román, y el concejal de obras, Jaime Carnicero, que saben lo que los usuarios de bici necesitan mejor que estos mismos.
El magnífico «Anillo Ciclista (¡aleluya!)» presenta multitud de puntos interesantes de contemplar y emocionantes para circular por ellos. Observemos un punto en concreto: la calle (una rotonda) antes estaba así:
Y ahora, gracias a los denodados esfuerzos de los señores Carnicero y Román (y a un millón de eurillos que gastaron en ello) está así:
Vamos, que de pronto las condiciones para el uso de la bicicleta han mejorado como que nada de nada ¿eh? hay que ver que cosa tan bonita es el carril-progreso.
En fin: quizá quieran ustedes, señores Carnicero y Román observar la imagen del lugar donde murió el chaval francés en Valencia, que mencionaba más arriba:
¿Podrían, por favor, señores Carnicero y Román, indicarnos en qué se diferencia el lugar de la tragedia de la foto anterior de su fastuoso Anillo ciclista?
Este, desde luego, no es el único punto del maravilloso Anillo Ciclista (¡aleluya!) que presenta una peligrosidad extrema o unos serios problemas para los peatones, y GuadaENBICI lo advirtió detalladamente con toda la antelación que pudo, pero nada ha podido interponerse en la cabezonería de los próceres de Guadalajara. No cabe duda de que los vecinos de Guadalajara les van a estar de lo más agradecidos por el adefesio que han metido con fórceps en la ciudad. De hecho, hay noticias de que ya está en marcha una colecta popular para erigir un monumento a las eminencias responsables de que Guadalajara entrase de cabeza en apenas unos meses en la modernidá carrilbicista.
El excelentísimo Alcalde de Guadalajara y el emérito Concejal de Obras, representados como titanes que sostienen el emblema del Anillo Ciclista (¡aleluya!) de Guadalajara, en la emblemática fachada del Palacio del Infantado, joya de la arquitectura local, según el proyecto de monumento que la ciudadanía fervorosa pretende dedicarles. |
Aunque en realidad, igual los vecinos de Guadalajara no necesitan estar tan agradecidos a su alcalde y a su concejal de obras: al fin y al cabo, alcaldes y concejales por toda la geografía hispana, de todos los colores políticos, están fabricando a marchas forzadas mierda similar por todos lados. Una moda es una moda.
Txarli
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¡Así que Guadalajara ya está a la altura de Villatripas! |
Madrid: continuos accidentes; continuada ignorancia.
Un hilo ya antiguo, pero sobre un tema cada vez más actual («¿puede una bici circular por la acera y cruzar pasos de peatones?«), alterna en un foro con maravillosa simetría chorradas de ciclo-analfabetos con relatos de carril-accidentes, sin que aparentemente nadie se de cuenta de lo que están hablando:
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Bueno, pues aquí tenemos al pobre chaval con la duda existencial, y con el remordimiento de que podía haber matado a una imbécil, digo a una ciclista sostenible… a partir de aquí la cosa sigue con una de cal y otra de arena:
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Primer intento de poner un poco de cordura…
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Aparece inmediatamente el obligatorio besugo empeñado en creer y hacer creer que usar la bici con normalidad es suicidarse:
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Algunos no pueden dejar de notar la prepotencia que se gastan los carril-idiotas en cuanto se ven sobre asfalto rojo (o verde):
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Éste es genial:
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Nueva constatación del desastre…
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Otros repiten las chorradas y confusiones sobre las extrañas prioridades debidas a la bicicleta:
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Etc etc…
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Por supuesto, no faltan las obligatorias fotos de vías ciclistas (¡aleluya!) de Vikingolandia:
Pues sí, muy bonito, pero ¿cómo es relevante esto a España? Y ya puestos ¿para qué hace falta ese carril-bici en esa calle? |
Los alardes de ignorancia pertinaz continuan tras la interrupción publicitaria:
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Salpimentados, como decíamos, por las casuales revelaciones de desastres:
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Y así. Aqui nunca pasa nada. Excepto los oxtiones, claro, que el tráfico es peligroso peligroso peligroso.
Flipante.
Txarli
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Pero vamos: no puede decirse ni mucho menos que estos pibes sean los únicos zopencos por ahí. |
Los accidentes mortales de ciclistas crecen en carretera
…lo cual nos facilita disimular la masacre que está ocurriendo en los carriles-bici en el casco urbano de Sevilla.
El carril bici reduce la siniestralidad en el casco urbano se lo juramos, oiga usté: es gracias al carril-bici, pero el problema persiste en vías interurbanas, donde han fallecido cuatro personas en lo que va de año. Eso es, claro, porque ahí todavía no hay carriles-bici. En serio.
Fernando Pérez Ávila; Departamento de Carril-propaganda de AContramano | Actualizado 28.12.2009 – 05:03
Los accidentes mortales de ciclistas han crecido este año en relación con el anterior en las carreteras interurbanas. Son cuatro los ciclistas que han fallecido durante 2009 en la provincia de Sevilla, mientras que el año pasado no hubo ningún muerto. La tendencia en la ciudad es inversa y está descendiendo magníficamente desde la escandalosa espiral de accidentes provocada hace dos años por la introducción de los carriles-bici, hasta haber logrado bajar casi incluso (pero no del todo) al nivel ínfimo de accidentalidad anterior a la introducción de las vías segregadas, puesto que ningún ciclista ha perdido la vida en el interior del casco urbano después del acojone general producido por la primera chica muerta, y la Policía Local no tiene constancia de ningún accidente grave en el carril bici, de verdad de la buena: ningún accidente grave, todo va bien, no hay nada que mencionar, y lo poco que hay «es culpa del Ayuntamiento anterior«, lo sabemos de buena fuente. Sí hay con frecuencia choques entre ciclistas amontonados en el rinconcillo al que los han condenado los carriles-bici, caídas y atropellos a peatones a los que se les ha arrebatado la acera, pero generalmente estos siniestros no causan lesiones graves en los afectados y no es necesaria la intervención de la Policía porque en realidad los peatones no importan.
Un estudio que está preparando actualmente el departamento de carrilbicismo de la Universidad de Sevilla, y que no les vamos a mostrar ni a enlazar, para no correr el riesgo de que saquen ustedes sus propias conclusiones, y que de hecho, extrañamente, aunque «lo están preparando actualmente» ya tiene las conclusiones listas antes de estar concluido, confirma, como era de esperar, esta tendencia. Pese a sus puntos negros que no puede ocultar ni siquiera el apagón informativo del Ayuntamiento de Sevilla sobre la accidentalidad real (que contrasta con la luz y taquígrafos aplicados por el Ayuntamiento de Barcelona), el carril bici es una vía segura para los ciclistas, se lo juramos por Snoopy, en serio. Prueba de ello es la ausencia de accidentes graves, como ya decíamos más arriba e insistimos ahora. Porque aunque por la ciudad estén corriendo noticias contínuas de accidentes en el carril-bici, todos ellos son leves, meros rasguños que se arreglan con una tirita. En los últimos años sólo una persona ha perdido la vida en el carril bici lo cual ha hecho respirar de alivio y satisfacción a los directivos de AContramano, que se temían tener que sacrificar un número mucho mayor de ciclistas para conseguir su red de carriles-bici. Fue una mujer de 34 años que fue arrollada por un motorista cuando circulaba por el vial reservado a ciclistas en la avenida de la Palmera, en junio de 2007. Ese mismo año murieron cuatro ciclistas más en Sevilla, dos en carretera y dos en ciudad puede usted creernos: aunque usted no se enterase en su momento, ni las hemerotecas del 2007 registren esas muertes, ni se encuentren mencionadas en Google, ocurrieron de verdad, y además ocurrieron porque el ciclista estaba en la calzada, que la calzada es muy mala, pero ninguno en el carril bici, que el carril-bici es muy bueno.
Un policía se lleva la bicicleta de una ciclista atropellada en un paso de peatones de la Palmera. Aunque no han ocurrido accidentes graves en los carriles-bici, la única foto que tenemos para poner es de un accidente en carril-bici, fíjese usté qué casualidad y qué mala suerte. |
El estudio de la Universidad apunta que el número global de accidentes ha crecido en los últimos años como consecuencia del uso masivo de la bicicleta como medio de transporte, a pesar de que según el efecto «safety in numbers» la tasa de accidentes debería disminuir: pero esa anomalía no tiene nada que ver con los carriles-bici, puede usté creernos, que nosotros entendemos. Sin embargo, los siniestros son de menor entidad que años atrás, cuando los ciclistas circulaban por la calzada. En realidad no tenemos ni puta idea de cual era «la entidad» de los accidentes de años atras, porque nadie tiene datos, oiga usté, pero eso no nos va a impedir decir esa jilipollez para apoyar la conclusión que queremos apoyar. El portavoz de la asociación de carrilbicoinómanos A Contramano, Ricardo Marqués, que además de ser portavoz de Acontramano curra en el despacho de al lado del que ha hecho el estudio y le ha echado una manita con el análisis de los datos, coincide en estas apreciaciones con el informe universitario que él mismo redactó. «No tenemos estadísticas disponibles, pero eso nos la suda, porque con estadísticas o sin ellas sí hay que dejar claro que el carril bici es seguro en general tenemos que dejar eso claro, oiga usté, porque si no lo que dejaríamos claro es que somos unos irresponsables de nivel criminal. Más que hablar de puntos negros deberíamos hablar de puntos marrones porque las lesiones que alguien puede sufrir en el carril bici no son tan graves como fuera del mismo porque dentro del carril-bici las leyes de la inercia, de la gravedad, las de la dureza de los metales, las leyes de organización del tráfico, las leyes del sentido común y de la cordura han sido mágicamente suspendidas y sustituídas por la maravillosa «ordenanza de la bicicleta» para proteger a los ciclistas.«.
El siniestro más grave de este año se produjo también en la avenida de la Palmera, donde una ciclista fue atropellada por una motocicleta cuando cruzaba un paso de peatones casualmente desde un carril-bici, pero eso no lo contamos para no inquietarle. Este otro accidente, en cambio, no puede considerarse grave, y de hecho puede incluso decirse que no ocurrió en el carril- bici (por decir idioteces que no quede) así que ni siquiera nos molestamos en mencionarlo. La utilización masiva de la bicicleta sí ha tenido consecuencias trágicas en las carreteras interurbanas, lo cual nos permite poner un contrapunto irrelevante para distraer la atención de la gente. En 2007 fallecieron dos ciclistas en este tipo de vías, en 2008 ninguno y en 2009 son cuatro los que han perdido la vida en las carreteras sevillanas.
Dos de ellos han muerto en el término municipal de La Algaba, en la A-8006. Los dos siniestros ocurridos en esta vía sucedieron con ocho días de diferencia, el pasado mes de junio, y los dos puntos en los que fallecieron ambos ciclistas están separados por menos de dos kilómetros. Antes había muerto un ciclista en Utrera atropellado por un turismo en la A-8030. El último accidente mortal ha ocurrido este otoño en la carretera que une Lora del Río con Puebla de los Infantes. Y con estas entretenidas y emotivas anécdotas acabamos nuestro panegirico de la segregación ciclista en Sevilla. En el próximo artículo les hablaremos de otro reciente estudio que ha revelado que el carril-bici aumenta el tamaño del pene de los ciclistas que lo usan, de modo que la longitud media del miembro del ciclista sevillano ha alcanzado ya casi cinco centrímetros, cuando en el año 2006, antes de comenzar la construcción de la red de carriles-bici, apenas pasaba de cuatro coma nueve.
Txarli
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Sevilla: el centro neurálgico del sur de Europa de tráfico de carrilbicoína subvencionada por el Estado. |
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